Nuestro eje de trabajo y el de nuestras generaciones anteriores, ha estado siempre muy vinculado a los productos de la cesta diaria, imprescindibles para elaborar las recetas más básicas.
Un producto tan natural como el nuestro hay que entenderlo. Para ello, es importante tocarlo, olerlo, degustarlo y saborearlo.
Nuestras manos y nuestros ojos completan y perfeccionan, de forma artesanal, la solución a un producto totalmente natural. Nuestra intervención no se limita sólo al exterior, tales como su apariencia o su color, sino que también salvaguarda importantes características del producto, como su sabor.